viernes, 11 de mayo de 2012

Five hundred days of winter.

Todo empieza y, claro, todo acaba. Desde lo más importante hasta lo más insignificante. Y de ahí que de cada invierno queden pequeños momentos grabados en nuestra memoria, pequeños flashes, que nos hacen recordar que no todo ha sido tan frío, ni tan malo, ni que los agobios han sido tantos, ni los días interminables en clase han sido tan desastrosos. Incluso los inviernos tienen algo que los hace especiales.


Los días en los que te levantas y hace tanto frío que piensas que podrías quedarte en casa todo el tiempo. Pero después ves ese sol templadito de invierno que se cuela tímido por la ventana. Quizás sea mejor dar un paseo.


Los momentos en los que te sientes tan Gossip que sólo te apetece calzarte un par de taconazos y  salir a comerte el mundo.




Las tardes de magdalenas, cafés calentitos y cotilleos, ¡muchos cotilleos!





Los viajes con mil capas y abrigo, bufanda, guantes.. a cuestas :) (Siempre me ha encantado ver las caritas de cansada de la gente en las fotos. Es señal de estar aprovechando cada minuto).




Las comidas y meriendas, los cumples atrasados, regalos meses después.. Las excusas para pasar los días en la mejor compañía.


El primer helado del verano..

Porque de, incluso, los días en casa sin hacer nada se tiene un buen recuerdo. 

Suena la BB.
- ¿Qué tal el día? Te echo de menos.

domingo, 6 de mayo de 2012

de domingo.

Lo has dicho. Te quiero. No quiero vivir sin ti. Has cambiado mi vida. 
Lo has dicho.
Haz un plan, márcate un objetivo, intenta lograrlo; pero de vez en cuando, mira a tu alrededor, vive a fondo. Porque esta es tu vida, y quizá mañana se acabe.



.anatomía de grey.