miércoles, 13 de octubre de 2010

De cine

Siempre igual, siempre la misma historia.
Lo ves. Mariposas en la tripa. Amor. Mucho tiempo. Y todo, sin saber por qué, se va a la mierda.
Entonces, todo sigue igual, siempre la misma historia.
Matas a las mariposas que juegan en tu estomago y juras [lo juras mil veces] por un millón de lacasitos que no volverás a enamorarte.

¿y qué pasa?

Siempre la misma historia.

Hasta que una noche te das cuenta que estás enamorada del amor, que sonríes tontamente al cruzarte con una pareja que se dan un beso en la puerta del sol. Que a ti, [tonta de ti ] también te gusta que te abracen mientras cruzas medio Madrid en el [frío] tren. Que los fines de semana, cuando la casa se queda sola, realmente te gusta que no se quede tan sola. Los besos, porque... ¿a quien no le gustan los besos?

venga, va...

¿Quien no quiere sentir el final de todas las historias de amor mas bonitas de la historia en su propia piel? De esas que eran en blanco y negro y con poca banda sonora. O esas tan modernas de ahora que casi crees que son de verdad...

vamos, sed honestos. ¿Alguien que odie el amor?

No hay comentarios:

Publicar un comentario