A mí siempre me han encantado los aeropuertos. No sólo porque, en la mayoría de los casos, cuando vas a un aeropuerto es porque te vas de viaje o porque vuelves(y entonces tienes un millón de recuerdos nuevos, de experiencias vividas).
También me gustan porque puedes observar. Puedes pararte a mirar a la gente que hay a tu alrededor, y mirarles de verdad. Y ves esas despedidas, esos reencuentros. E imaginas las historias que hay detrás de cada abrazo, cada beso, cada sonrisa...o cada lágrima. Y te encantaría poder fotografiar esos momentos, en los que se refleja la verdadera naturaleza humana.
Ves a una pareja despidiéndose, tal vez llorando...piensas que igual no se vuelven a ver hasta dentro de dos meses porque ella trabaja en otra ciudad... Un hombre joven que recibe a su madre, que quizá viene de hacer un viaje con unas amigas... una mujer que todavía tiene ganas de vivir, de conocer, de ver lo que no ha podido ver en toda su vida.
En ese momento tal vez llegue un grupo de mochileros, chicos y chicas con ilusión en la mirada que habrán buscado un vuelo barato y van a la aventura, quizá sin un sitio donde dormir. Y se dirigen a la zona de "departures". O un matrimonio anciano que, agarrados del brazo, vienen a recoger a su hija, que vuelve a casa a pasar unos días.
Los aeropuertos son un hervidero de emociones. Y en un mundo como éste, en el que domina el egoísmo, eso es un placer. Es observar lo naturalmente bueno del ser humano. Que a veces es difícil de encontrar.
Por eso, [peace&love.] Unas palabras que ahora están de moda, que se usan como palabras vacías. Que mucha gente no sabe realmente lo que significan.
De verdad que tengo muchísima envidia de mis padres; ellos vivieron en los 70.
También me gustan porque puedes observar. Puedes pararte a mirar a la gente que hay a tu alrededor, y mirarles de verdad. Y ves esas despedidas, esos reencuentros. E imaginas las historias que hay detrás de cada abrazo, cada beso, cada sonrisa...o cada lágrima. Y te encantaría poder fotografiar esos momentos, en los que se refleja la verdadera naturaleza humana.
Ves a una pareja despidiéndose, tal vez llorando...piensas que igual no se vuelven a ver hasta dentro de dos meses porque ella trabaja en otra ciudad... Un hombre joven que recibe a su madre, que quizá viene de hacer un viaje con unas amigas... una mujer que todavía tiene ganas de vivir, de conocer, de ver lo que no ha podido ver en toda su vida.
En ese momento tal vez llegue un grupo de mochileros, chicos y chicas con ilusión en la mirada que habrán buscado un vuelo barato y van a la aventura, quizá sin un sitio donde dormir. Y se dirigen a la zona de "departures". O un matrimonio anciano que, agarrados del brazo, vienen a recoger a su hija, que vuelve a casa a pasar unos días.
Los aeropuertos son un hervidero de emociones. Y en un mundo como éste, en el que domina el egoísmo, eso es un placer. Es observar lo naturalmente bueno del ser humano. Que a veces es difícil de encontrar.
Por eso, [peace&love.] Unas palabras que ahora están de moda, que se usan como palabras vacías. Que mucha gente no sabe realmente lo que significan.
De verdad que tengo muchísima envidia de mis padres; ellos vivieron en los 70.
Me ENCANTA la reflexión kiwi :]
ResponderEliminarMuy al estilo Love Actually, pero en versión personal. A mi también me gustán los aeropuertos porque son como espacios reservados en el transcurso del tiempo. Es como...una pompa de jabón en un mar de aire. Se siente aire-atemporal ;D
A mi me hubiera gustado mucho más vivir en los 90, quizás. Pero ultimamente también tengo esa sensación de que el mundo se está sumiendo en su propio egoismo.
Aish, un besooote!